Domingo de Ramos

Este es el día oficial de inicio a los cultos de Semana Santa. Día de palmas, aromas de incienso, bellas imágenes sagradas, flores y movimiento… un ir y venir de gente que contempla y participa de los solemnes rituales, como una estampa barroca de la Lima tradicional.

Desde muy temprano en la mañana se celebra misa en todas las iglesias; en algunos conventos de monjas se inicia con una breve procesión por el atrio conventual, en que el Señor del Triunfo, sentado sobre un burro, es paseado rememorando la entrada de Jesús en Jerusalén. Esto se puede observar actualmente en los Monasterios del Carmen y en el de Rosa de Santa María en los Barrios Altos. En horas del mediodía, sale en procesión del Monasterio de las Nazarenas el Señor del Triunfo, recorriendo las calles aledañas, acompañado de fieles que agitan las palmas bendecidas durante la misa.

Durante la mañana de este día, se percibe en el Centro Histórico de Lima un ambiente que nos hace rememorar antiguas costumbres: fieles que portan artísticos ramos tejidos de palma, vendedores de ramos y cirios en los atrios, iglesias repletas de fieles, y a partir del mediodía, la llegada a la Plaza Mayor de Lima de solemnes procesiones con imágenes pasionales, procedentes de antiguos monasterios limeños.

Por diversas calles y acompañadas de sus devotos, aparecen en este escenario de intensa evocación barroca las imágenes sagradas, a cuál más bella por la hermosura de su tallado, la verdad de sus expresiones, el esmero de su arreglo, y el acompañamiento de incienso, velas y música.

Del antiguo Monasterio de Las Trinitarias, llega EL SEÑOR DE LA ORACIÓN DEL HUERTO, bellísima escultura de un Cristo orante y trémulo, sobre un anda sencilla en rojo y oro, decorada con profusión de ramos de olivo que evocan al Huerto de Getsemaní. La bella imagen aparece vestido con túnica y el escapulario de la orden Trinitaria.

Procedente del mismo monasterio, ingresa también la procesión del SEÑOR CAUTIVO DE TRINITARIAS, donde se presenta la imagen de Cristo erguido, maniatado y azotado, con supremo gesto de dolor y ricamente ataviado de túnica bordada y una artística aureola con potencias de plata. Va sobre un anda de plata de hábiles repujados del estilo que es usual en Lima para las imágenes de Cristo, con un arco de plata.

Completando el aporte del Monasterio Trinitario, llega también de allí EL SEÑOR DE LA CAÑA. Se trata de una escultura muy bella, de cuerpo entero y gran perfección anatómica, que nos presenta a Cristo de pie, azotado, coronado de espinas y portando una caña como cetro, cubierto solo con un paño de pudor que permite apreciar la calidad de la talla. La escultura es posiblemente de fines del siglo XVII y evidentemente obra de un gran maestro. La expresión de resignación y dolor de esta imagen, cuyos ojos miran directamente al espectador, mueven a la piedad y explican la cantidad de sus devotos. En su ajuar destacan las artísticas potencias de plata.

Es tal la riqueza del patrimonio religioso de Lima, que otros Monasterios también aportan preciosas esculturas: del Monasterio de las Mercedarias llega en procesión a la Plaza Mayor el SEÑOR DE LAS CAÍDAS. Es posiblemente una de las imágenes pasionales más bellas, por la expresión de su rostro de infinito dolor y piedad. Presenta a Cristo caído de rodillas bajo el peso de la cruz que porta, ataviado con ricas vestiduras de color carmesí. Destaca su bellísima corona de plata calada a manera de potencias entrelazadas con corona de espinas de magnífica hechura, joya de la platería colonial. El anda que realza la imagen es parecida a otras de Lima, de plata repujada con arco del mismo metal.

El antiguo Monasterio de Santa Clara se hace presente este día con EL SEÑOR CRUCIFICADO DE BURGOS. Se trata de una advocación de Cristo crucificado de antigua raigambre en la devoción hispana. La imagen de Santa Clara es una versión limeña del siglo XVII de muy buena calidad que cuenta con gran devoción en los Barrios Altos de Lima. El anda es sencilla y cuajada de flores, y la imagen presenta una espléndida corona de potencias de plata en forma de rayos.

En este cortejo que representa los momentos culminantes de la Pasión, no podía estar ausente la Virgen María como compañera inseparable de los sufrimientos de su hijo. Y para representar su amorosa presencia, sale de Catedral de Lima NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA bella imagen donada por Monseñor Alberto Brazzini, bajo un espléndido palio y ricamente ataviada de verde con corona dorada, tras una barrera de cirios.

En horas de la tarde, a partir de las 16.00 horas, con la presencia de todos estos pasos procesionales que representan cada uno de los misterios dolorosos ya ubicados en el atrio de la Catedral, se realiza el rezo del Rosario. Culminado dicho oficio, las andas recorren la Plaza Mayor en procesión y retornan a los antiguos monasterios que los custodian.