Viernes de Dolores

Este día marca el inicio de las conmemoraciones de la Semana Santa de la Iglesia Católica. Está previsto el último viernes de la cuaresma, y conmemora los sufrimientos de la madre de Cristo durante la Pasión redentora de su hijo. En la ciudad de Lima, desde la época colonial, es una fecha muy importante y en la mayoría de templos se rinde un culto especial a Nuestra Señora de los Dolores, pero su procesión solemne se encuentra centrada en la Basílica de Nuestra Señora de las Mercedes.

Es interesante comentar que el Concilio Vaticano II dispuso que esta celebración litúrgica de los dolores de Nuestra Señora se centralizara el día 15 de septiembre, haciendo la salvedad que en aquellos lugares donde estaba muy arraigada y viva su celebración el último viernes de cuaresma (como en nuestra ciudad de Lima), continuara dicha tradición.

Por lo tanto, es en el convento mercedario donde se organiza la solemne procesión desde tiempos muy antiguos, a cargo de antiguas cofradías y hermandades asentadas allí.

Es interesante comentar que en años recientes, por diversas circunstancias, la Procesión se realizó al interior de la iglesia y convento mercedario, sin llegar a salir a las calles. Recientemente ha retornado a su recorrido por las calles, engalanando con fervor los jirones más céntricos de nuestra ciudad.

El recorrido procesional está integrado por tres pasos: Jesús Nazareno, Santo Cristo del Auxilio y Nuestra Señora de la Piedad.

La primera imagen representa a Jesús en el doloroso camino del calvario, ataviado con túnica y cargando sobre sus hombros una cruz de gran tamaño. Si bien la escultura ha sufrido modificaciones significativas a lo largo del tiempo (sobre todo en su postura) la expresión del rostro propia del realismo barroco conmueve al espectador. Va sobre un anda dorada con faroles cerrados, de gran vistosidad.

La segunda imagen es el Cristo del Auxilio, que representa a Jesús Crucificado, ya muerto, sobre un anda donde predominan las flores rojas creando un gran efecto que despierta la devoción. Es interesante comentar respecto a este paso, que hasta hace algunos años, la imagen que salía en procesión era la escultura original, obra insigne del escultor español Martínez Montañez, uno de los mejores crucificados que se conservan en Lima. Lamentablemente en años recientes se ha decidido por motivos de preservación, que la imagen original ya no salga en procesión, habiendo sido reemplazado por otro crucificado que desde luego no tiene el valor artístico del original Cristo del Auxilio. Sería de desear, que, con las precauciones y cuidados del caso, la escultura original de Martínez Montañez volviera a realzar esta solemnidad.

Finalmente cierra el cortejo la titular de esta conmemoración: Nuestra Señora de la Piedad, que es una antigua imagen que representa a la Virgen con un rostro transido por el dolor. Cuenta con una hermosa capilla propia al interior de la iglesia, decorada muy galanamente al estilo limeño del siglo XVIII

Esta escultura es antigua y también ha sufrido transformaciones y desafortunadas restauraciones a lo largo del tiempo. Sin embargo, en su hermosa anda de palio y con la riqueza de sus atavíos, flores y cirios, conserva gran prestancia barroca en el marco del recorrido procesional.